viernes, 27 de mayo de 2011

¿un café?



cracovia esconde muchos rincones con duende, donde te quedarías horas y horas ajena al resto del mundo.. pasear por el plante, el anillo verde que rodea el casco antiguo de la ciudad, ahora en primavera, es todo un lujo. la colina de wawel con su dragón, sus leyendas. la plaza llena de vida, sumergida en un ir y venir constante de gente, consciente del paso del tiempo pues cada hora se puede oír el sonido de la trompeta que antaño avisó de la cercanía de los enemigos, hoy en día nos avisa de que el tiempo no se para nunca, pasan las horas, una tras otra.. cafeterías como la de la foto se descubren ante ti y te parecer estar viajando atrás en el tiempo. es inevitable no pensar en la historia de esta ciudad, de este país, al caminar por sus calles, por el barrio judío e imaginar todo lo vivido. el vístula, elegante, se desliza silenciosamente delante de ti con un destino fijo. nosotros no somos como ríos, no sabemos donde esta nuestro mar, ni que habrá en su fondo, ni si algún día llegaremos, si sentiremos paz.. de momento, yo me voy a perder por cracovia.

1 comentario:

. dijo...

Grandisimo.

Sí se percibe, se vive,se respira, y Cracocvia lo tiene, yo personalmente doy fé de lo suyo.

Yo me perdería, buscando ser inherente al tiempo. Si quiere pasar que pase.