martes, 18 de diciembre de 2012

la estación que no existe

extraña sensación de abandono, como una montaña rusa vieja en la que chirrían las ruedas y de vez en cuando se cae algún tornillo.. inevitablemente aparece el miedo; ¿y si las cosas fueran diferentes? yo puedo hacerlas diferentes, es casi tan simple como dar un paso. el problema es no saber a donde te llevará ese paso, si justo después vendrá la bajada en vertical, o simplemente hallaré paz sintiendo el aire fresco en el rostro, o saldré volando en la siguiente curva, o me alejaré mirando hacia atrás.. no lo sé, cómo saberlo. sólo sé que tengo una extraña sensación de vacío y abandono.


Una voz en off
te da la bienvenida
a la estación que no existe
como a un número
de teléfono erróneo.
No la del verano
con sus puertas abiertas.
Ni la del otoño 
y su recogimiento gustoso, 
sino la del olvido
y sus armarios vacíos,
la de las manchas
de los marcos
en el papel de la pared.
Un mediodía inocuo.
Un atardecer que no acaba.
Los jardines descuidados, 
los ecos en el garaje.
Los que estaban
ya se fueron,
y quien va a venir
ni lo ha pensado todavía.
Este paréntesis mudo,
este espacio en blanco
del calendario
es donde habito hace algún tiempo.

·la estación que no existe·carlos tarque·sótanos, tierra y montañas rusas·

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